Rafael Serrano

Es la receta de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa para reducir el número de abortos.
Porque tres ministros católicos del gobierno británico se oponen al proyecto de ley de fecundación artificial, se plantea la cuestión de si pueden mezclar la política con sus creencias religiosas. Pero ¿dónde está la religión en ese asunto?
Las advertencias contra el cambio climático suenan cada vez más apremiantes, y la campaña está adquiriendo tono de cruzada. El especialista danés Bjørn Lomborg propone mantener la cabeza fría, guardar el hacha y sacar la calculadora.
El calentamiento de la Tierra no es un mal puro: tendrá algunos efectos beneficiosos, que compensarán en parte los perjuicios.
Lomborg echa cuentas y concluye que Kioto es mala solución, porque cuesta demasiado para lo poco que conseguirá.
Cautelas y recelos ante la perspectiva de comer filetes clónicos; prisas para probar en humanos una técnica que aún no ha servido para curar a un ternero.
La religión tenía que estar ya difunta o en estado agónico ante el avance de la modernidad. El hecho de que no haya ocurrido así en la mayor parte del mundo y que incluso en Occidente dé algunas muestras de revivir obliga a revisar la teoría convencional de la secularización.
The Economist, que en su número especial con ocasión del cambio de milenio publicó la nota necrológica de Dios, ahora confiesa que se precipitó.
La clonación “terapéutica”, que los partidarios presentaban como imprescindible y la vanguardia de la medicina regenerativa, se queda rezagada. Pero la escasa utilidad no es el argumento decisivo contra la destrucción de embriones.
Hoy la salud y la seguridad son lo que era la moralidad pública en otros tiempos, y papá Estado nos exhorta y nos riñe para que nos cuidemos.
Líderes musulmanes piden unificar criterios ante el “caos de fetuas”. Para eso necesitarían una especie de “papa”.
James Watson, muy criticado estos días por sus recientes declaraciones racistas, tiene un largo historial de comentarios en que invoca la ciencia en defensa de sus posturas éticas.
Pearce presenta la extraordinaria floración de hombres y mujeres de letras, o artistas, que a lo largo del siglo XX en Inglaterra se hicieron propagadores de la fe. Aporta muy abundante información, en parte inédita, fruto de investigaciones propias.
En Gran Bretaña las autoridades sanitarias multiplican las campañas publicitarias para que los ciudadanos cuiden la salud. Pero las recomendaciones, cada vez más enérgicas, caen en oídos sordos.
Hoy el pentecostalismo es el movimiento religioso que más deprisa crece, y no solo en Latinoamérica: también en Asia y en África.
Una fiesta no puede decretarse ni ser artificial, advierte Pieper: el motivo para celebrarla solo puede ser un don.
¿Qué sacrificios está dispuesto a hacer contra el cambio climático?

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