Gema Pérez Herrera

Un interesante “thriller” que reconstruye el magnicidio del primer ministro serbio en 2003.
6/10
Una mirada en primera persona al drama de la demolición de aldeas palestinas en la frontera cisjordana.
Adaptación de la conocidísima novela de Gabriel García Márquez, marcada por lo pasional y el fatalismo.
7/10
Emotiva película familiar sobre el traslado de niños italianos tras la Segunda Guerra Mundial.
Una serie magnífica que nos acerca con veracidad y crudeza a las décadas de plomo del IRA.
7/10
Un “thriller” sobre la épica victoria de la supercomputadora Deep Blue contra el campeón de ajedrez Garri Kaspárov en 1997.
9/10
Un conmovedor canto a la vida virtual que permite a un joven enfermo vivir lo inesperado.
El popular “thriller” policiaco de la BBC llega a plataformas.
Un “true crime” bien narrado y protagonizado, pero que encoge el estómago.
Esta ficción puede confundir al público con una trama de fantasía para el gran público y una carga ideológica muy presente
7/10
Complejo drama político ambientado en Corea del Sur y centrado en las intrigas y luchas de poder de la posguerra.
8/10
Devastadora serie documental que aborda los genocidios de las últimas décadas bajo el prisma de la acción norteamericana.
Emotiva miniserie norteamericana sobre la historia real de supervivencia de una familia polaca y judía durante la Segunda Guerra Mundial.
Extraordinaria adaptación de la historia de Thomas Ripley, el sofisticado estafador y criminal creado por Patricia Highsmith.
Impactante “thriller”, sobre un crimen múltiple en Inglaterra, que sobrecoge por su temática y por la interpretación.
7/10
Un retrato cómico del mundo universitario, y de cierta corrección política.
7/10
Javier Macipe lleva a la pantalla la historia real de Mauricio Aznar, un conocido rockero zaragozano cuya vida cambió al viajar a Argentina.
8/10
Un nuevo “western” de la factoría Sheridan que recoge, con mucho clasicismo, la vida de Bass Reeves, el primer agente de la ley de raza negra en Estados Unidos.
Dos documentales recientes muestran lo fácil que es, en el afán por ficcionar unos hechos, acabar dando pábulo a teorías conspirativas, como explica el historiador Gaizka Fernández Soldevilla.

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