Con el fin de combatir el tráfico de niños de países pobres a países ricos, representantes de más de 50 naciones han elaborado en La Haya un convenio internacional sobre adopción. El acuerdo establece que la adopción debe tener como principio básico «respetar el interés superior del niño» y como finalidad «encontrar una familia para un niño y no un niño para un matrimonio». Antes de que un niño sea declarado adoptable por padres extranjeros, tendrán que estudiarse todas las posibilidades de adopción en su país de origen. También habrá que informar detalladamente de las consecuencias de la adopción a las personas que deban prestar su consentimiento, las cuales no podrán recibir pago ni contrapartida alguna. Según los expertos reunidos en La Haya, se dan en el mundo entre 15.000 y 20.000 adopciones internacionales al año, muchas de ellas a través de redes ilegales. En los países desarrollados, la baja natalidad y el frecuente recurso al aborto de niños no queridos hace que no se pueda satisfacer la demanda de adopciones.