El Observatorio

La variedad de opiniones es vista como un valor innegociable en las sociedades pluralistas. Pero casi nadie se detiene a explicar qué tiene de bueno en sí misma la diversidad.
Un informe detalla los costes sociales de las adicciones en Francia, y un experto de EE.UU. advierte los que conlleva la legalización de la marihuana.
Un tribunal ha suprimido restricciones a las armas de fuego en el Distrito de Columbia, el territorio con más homicidios por esos medios letales.
Siempre hay algo sagrado, ya sea civil o religioso, de lo que no se puede hacer burla.
Un análisis sobre el número de noticias publicadas en torno a dos desastres naturales muestra que, pasadas 72 horas, la atención prácticamente desaparece.
Dos artículos coinciden en resaltar la intención pastoral, y no política, de la visita del Papa a Estados Unidos.
En una iglesia luterana de Berlín se han disparado las conversiones de inmigrantes musulmanes.
Algunos clérigos musulmanes condenan al EI por esclavizar a sus prisioneras, pero nada dicen de la sobreexplotación de los inmigrantes en varios países árabes.
El historiador Jordi Canal sostiene que un riesgo frecuente es el de elaborar una historia del pasado desde parámetros actuales.
La oficina de Asuntos Religiosos turca ha publicado un informe que critica la tergiversación del Islam que hacen grupos como el EI.
La cadena Hilton suprime los productos pornográficos del catálogo de vídeos disponibles en las habitaciones de sus hoteles.
Amparados en el victimismo, algunos colectivos sociales pueden blindarse contra toda crítica y coartar la libertad de expresión.
Los llamados “nuevos ateos” están convencidos de que sus críticas a la religión son liberadoras. Pero a menudo solo revelan desconocimiento, dice Camille Paglia, crítica social, también atea.
El budismo es pacifista hasta que alguien se atraviesa en su camino.
Para la mayoría de los alemanes el matrimonio gay no es un tema social importante, pero no tienen inconveniente en apoyarlo.
El paro, el empleo precario o la dificultad para acceder a una vivienda marcan a la juventud actual más que a las generaciones anteriores.
En China, los chicos tienen que ir al colegio que les corresponda por su domicilio, pero muchas familias se las ingenian para conseguir plaza en los mejores centros.
Perdonar no es rendirse a la injusticia, dice un especialista que enseña a practicarlo.
No hay otra salida que una quita de la deuda griega, según algunos economistas: eso es, recuerdan, lo que se hizo con Alemania en 1953.