¿Se debe hacer repetir curso al alumno que suspende? El debate interminable

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Un estudio muestra que en Europa, la proporción de alumnos repetidores en la enseñanza obligatoria difiere notablemente de un país a otro. En el Reino Unido, Islandia o Finlandia no llega al 3%, mientras que en España, la Bélgica francófona o Portugal sobrepasa el 30%. No hay relación entre la tasa de repetidores y los resultados académicos generales.

Estos datos han llamado la atención de la agencia Eurydice, que se encarga de analizar los sistemas educativos en el ámbito de la OCDE. En su informe Grade retention in schools in Europe: huge differences between countries trata de contextualizar y dar una explicación a esta enorme desigualdad.

La principal conclusión es que el motivo que determina en gran medida las tasas de repetición tiene que ver con las ideas pedagógicas dominantes al respecto. En algunos países, se cree que repetir puede fortalecer el proceso de aprendizaje en determinadas circunstancias. Sin embargo, según el estudio, esta idea ha sido frecuentemente discutida y no cuenta con suficiente aval en la literatura científica.

No obstante, los autores no atribuyen la postura favorable a la repetición exclusivamente a profesores o psicopedagogos: consideran que cuando esta idea es prevalente en la cultura de un país, es porque tanto la comunidad educativa como los propios padres se han encargado de consolidarla.

El problema, afirma el estudio, no son tanto las regulaciones, la política, como “ciertas asunciones y creencias”; por tanto, no son los políticos quienes deben encontrar la solución, puesto que “el estudio de Eurydice demuestra que no hay una relación clara entre las distintas regulaciones y las tasas de repetición”.

Distintas posturas

Aunque el informe no pretende tomar partido por una forma concreta de evaluación, señala que “la falta de suficiente progreso a final de año es la razón más frecuente por la que se hace repetir a un alumno”; y añade: “Esta decisión está basada normalmente más en la apreciación del profesor que en sistemas estandarizados de evaluación del proceso de aprendizaje”. Aunque el estudio no va tan lejos, cabría preguntarse: ¿es el profesor el más cualificado para tomar una decisión que afecta a todo el proceso de aprendizaje?

Lo que de hecho se trata de deliberar es qué se debe considerar para decidir si un alumno debe pasar de curso, cuál debe ser el criterio de evaluación: ¿hay que centrarse fundamentalmente en aspectos académicos, o por el contrario hay que dar prioridad a los posibles perjuicios psicológicos para el repetidor?

Las distintas regulaciones de los países europeos se basan más en una de las dos opciones. En un extremo se encuentran Islandia o Noruega, donde no se puede repetir curso durante toda la etapa obligatoria, o en la educación primaria, como en Bulgaria o Liechtenstein. En el Reino Unido, aunque no hay una regulación explícita que lo prohíba, es raro que se recurra a la repetición, en un ejemplo de cómo la cultura es más determinante que las regulaciones.

Otros países optan simplemente por establecer algunas restricciones: que no se pueda repetir en los primeros años de primaria, o que exista un límite para el número de veces que se puede repetir el mismo curso, como en España.

Se supone que la prohibición de repetir elimina el problema de los chicos que llegan a los últimos cursos de secundaria con varios años más que sus compañeros, y que frecuentemente se encuentran desmotivados y cuya presencia en el aula puede convertirse más en fuente de problemas que en solución. Sin embargo, también cabe preguntarse qué sentido tiene ir pasando de curso a alumnos que no sigan el ritmo del resto de la clase, y que quizás podrían reengancharse repitiendo un año.

¿Quién debe tomar la decisión?

El informe también analiza los distintos agentes que participan en la decisión de que un alumno repita o no. En esto también hay diferencias por países, aunque en general es el colegio -y más en concreto los profesores del alumno en cuestión- el que suele asumir esa responsabilidad.

Más infrecuente es que se remita a personas ajenas al colegio, como psicopedagogos o especialistas en el ámbito educativo. En Suecia, la decisión deben tomarla conjuntamente el colegio y las autoridades educativas locales. En Chipre, durante la primaria, la decisión final la toma el inspector asignado al colegio, previa recomendación por parte de la dirección del centro. En Irlanda, en la primera etapa de la secundaria, ha de ser el Ministerio de Educación quien autorice la repetición.

El papel de los padres en la decisión también difiere según el país. Su decisión es determinante en el Reino Unido, Eslovaquia o la zona francófona de Bélgica. En otros países simplemente tienen derecho a ser consultados, como es el caso de Dinamarca, Suecia u Holanda. En una docena de países entre los que se encuentran España, Francia, Finlandia y Portugal, los padres pueden presentar una reclamación o una propuesta, aunque no es vinculante.

Repetición y calidad de enseñanza

Entre los países con menor tasa de repetición los hay de muy distintos resultados académicos, según el último informe PISA. Así, mientras Finlandia, Islandia, Eslovenia o Polonia obtuvieron resultados muy por encima de la media de la OCDE, otros países como Italia, Eslovaquia o Rumanía sacaron una puntuación muy baja. También podemos encontrar países con puntuaciones muy próximas a la media, como Dinamarca, República Checa o Reino Unido.

El panorama se repite entre los países con más tasa de repetición: los excelentes -al menos en cuanto a notas- sistemas educativos de Holanda o Bélgica, el bueno de Alemania, el medio de Francia o los malos de Portugal, España o Luxemburgo.

La tasa de repetición no parece ser, por tanto, un factor determinante para evaluar la calidad de la enseñanza. La alta tasa de Bélgica y la de España deben ser interpretadas de maneras muy distintas, al igual que las bajas tasas de Finlandia y de Rumanía. Los datos comparados del informe PISA y del índice de repetición revelan que no se puede establecer una superioridad general del modelo más favorable a la repetición o de su contrario. El sistema educativo de cada país requiere ser analizado en su peculiar contexto.

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