Redes Sociales

El predominio de Facebook, Twitter e Instagram se compensa ligeramente con el auge de redes “de nicho” que ofrecen algo distinto.
La reciente suspensión de las cuentas del ya expresidente ha suscitado un debate sobre si los gigantes tecnológicos deberían tener el poder de definir los límites de la libertad de expresión.
Facebook provoca una rebelión al anunciar que los usuarios de WhatsApp tendrán que permitirle explotar sus datos.
Las demandas de autoridades norteamericanas que pretenden desmembrar la red social son las más ambiciosas hasta ahora contra las posiciones dominantes en los servicios digitales.
Empiezan a surgir leyes y grupos de representación para regular el trabajo que realizan los “influencers” en las redes sociales.
El auge de las redes y servicios digitales ha hecho surgir un nuevo modelo económico, el capitalismo de la vigilancia, que tiene una gran influencia en nuestras vidas.
Estrechamente emparentada con el capitalismo de la vigilancia, ha surgido una nueva forma de gobierno “de facto”, la digitocracia.
El documental “El dilema de las redes”, en el que genios tecnológicos denuncian la manipulación que ejercen las plataformas, muestra en el fondo que no hay libertad si la verdad no importa.
La red social de microvídeos engancha a niños y jóvenes porque ofrece una comunidad de “amigos” caracterizada por la ligereza, el cambio constante y la posibilidad de volverse viral sin ser una “celebrity”.
El Consejo Constitucional francés anula la ley que obligaba a las redes a borrar los contenidos que fueran denunciados.
La nueva ley francesa contra la difusión de contenidos ilícitos por Internet obliga a las redes sociales a retirarlos en las 24 horas siguientes a recibir la denuncia.
La red social quiere mantener su neutralidad, aceptando las decisiones de un Comité de Supervisión al que los usuarios podrán apelar.
Un análisis de las consecuencias que puede traer la sobreabundancia de información disponible, con recomendaciones prácticas para manejarla.
La protesta que sacudió a Francia hace un año se originó en Facebook y dio voz a gente de la periferia que antes no era escuchada, como muestra un estudio de su génesis.
El tiempo que los internautas dedican a las redes sociales ha aumentado en buena parte del mundo, especialmente en los países en desarrollo.
Si hasta hace poco la adicción a las pantallas parecía tema de adolescentes y jóvenes, sus padres también se aficionan en exceso a las tecnologías y no ponen límites al tiempo de uso.
La difusión de imágenes sexuales privadas en las redes sociales es uno de los muchos ciberdelitos que se cometen con la ayuda involuntaria de la víctima. Daniela Dupuy, fiscal de Buenos Aires especialista en cibercrimen, recomienda cautela.
En este tiempo de auge de las redes sociales, los adolescentes afirman experimentar soledad o aislamiento.
Para el director general de la Fundación Aprender a Mirar, la cuestión no es dar la espalda a las nuevas tecnologías, sino aprender cómo relacionarse positivamente con ellas.

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