Leonard Bernstein, sin estridencias

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Director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, compositor de West Side Story y en la mira del FBI por su supuesta afiliación comunista, Leonard Bernstein (1918-1990) fue uno de los músicos más importantes del siglo XX. El 25 de agosto se cumplen cien años de su nacimiento, una buena ocasión para analizar su figura con perspectiva.

Compositor, director de orquesta, profesor de música y pianista, Bernstein fue uno de los primeros músicos norteamericanos en recibir elogios en todo el mundo. ¿A qué se debe su prestigio?

Uno de los principales motivos es que estuvo desde 1958 hasta 1969 como director titular en la Filarmónica de Nueva York, lo que le sirvió de trampolín para dirigir las principales orquestas del mundo. Además, compuso tres sinfonías, una misa, obras para solistas, de cámara y ocho musicales, compuestos en diferentes estilos, entre los que se encuentra West Side Story, por el que consiguió un tremendo éxito popular y de crítica.

Ha cambiado la forma de entender la música en el ámbito sinfónico y en el de los musicales

Aunque su familia no tenía una tradición musical, desde pequeño cultivó el gusto por la música. Años más tarde se graduó en Harvard donde estudió piano y composición con profesores de la talla de Walter Piston, David Prall y Edward Burlingame Hill, y especialmente con el director de orquesta Dimitri Mitropoulos, quien probablemente despertó su interés por Mahler. Bernstein popularizó de forma definitiva las sinfonías de Mahler en todo el mundo gracias a sus conciertos y grabaciones.

Bernstein fue madurando como músico en sitios como Filadelfia y Boston mientras crecía también en el entorno cultural de ambas ciudades gracias, en parte, a su amistad con el compositor Aaron Copland.

Del imprevisto al éxito mundial

Su gran oportunidad llegó en 1943 cuando, recién nombrado director asistente de la Filarmónica de Nueva York y sin haber ensayado antes, tuvo que sustituir al director invitado, Bruno Walter, enfermo de gripe. Dirigió un repertorio de grandes compositores como Schumann, Rózsa, Wagner y Strauss. El concierto fue retransmitido para todo el país por CBS Radio y, a partir de ese momento, comenzó a ser invitado por varias orquestas nacionales.

La fama internacional no tardó en llegar. Siendo titular de la Filarmónica de Nueva York, en una gira por Europa y la Unión Soviética, interpretó la quinta sinfonía de Shostakóvich en su presencia. Al final del concierto, el prestigioso compositor ruso se acercó a felicitarle efusivamente por la interpretación.

Además de la quinta sinfonía, Bernstein dirigió también las sinfonías 1ª, 6ª, 7ª, 9ª y 14ª a lo largo de su vida. La Sinfonía Leningrado (la nº 7) merece una mención especial. Compuesta entre 1939 y 1940, Shostakóvich la dedicó inicialmente a Lenin, aunque en 1941 decidió dedicársela a Leningrado. Como la ciudad estaba cercada por los nazis, el estreno tuvo que retrasarse siete meses, interpretada para la ocasión con los músicos supervivientes del asedio junto a músicos militares. Durante los ensayos, debido al hambre provocado por la guerra, varios músicos se desplomaron por inanición. La sinfonía se convirtió en un símbolo para todo el pueblo ruso.

En busca del verdadero Lenny

La interpretación de las sinfonías de Shostakóvich dio pie a algunos a afirmar que Bernstein –nacido en Massachusetts, de padres judíos ucranianos– era comunista, siendo este el motivo por el que fue espiado durante 31 años por el FBI. Pero lo cierto es que el músico norteamericano siempre defendió los derechos individuales y, a la larga, logró acercar dos maneras de pensar muy diferentes.

Bernstein popularizó de forma definitiva las sinfonías de Mahler en todo el mundo gracias a sus conciertos y grabaciones

En la vida de Bernstein también había otros contrastes. Además de sus desencuentros amorosos –era bisexual–, el músico estaba al mismo tiempo ligado al mundo clásico y a Broadway. Muchos críticos hablan de un músico notable en muchas facetas (pianista, director y compositor), pero no le consideran sublime en ninguna de ellas.

En 1955, él mismo escribió: “Algún día, preferiblemente pronto, simplemente tendré que decidir qué voy a ser cuando crezca”. Pone en evidencia el conocimiento que tenía de sus dones. Aunque también tiene escritos en los que se queja de ciertas decisiones: “No tengo la menor idea de lo que le sucedió al verdadero Lenny [refiriéndose a él mismo] e incluso si todavía existe”.

Sea como fuere, hablamos de un personaje que ha cambiado la forma de entender la música en el ámbito sinfónico y en el de los musicales. Siempre será una referencia para todos aquellos que quieran adentrarse en la música del siglo XX.

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