Han Kang: La intimidad herida por la historia

publicado
DURACIÓN LECTURA: 5min.
Imagen: Premios Nobel / Europa Press

El premio Nobel de Literatura 2024 reconoce a la surcoreana Han Kang (1970), quien ha dramatizado los efectos de la violencia individual y colectiva, sobre todo en las mujeres. La súbita fama que conlleva la concesión del premio literario más importante del mundo parece, en el caso de Han Kang, el reverso exacto de su obra y de su vida, ajena a las redes sociales y no muy afecta a las apariciones mediáticas.

La llamada del secretario de la Academia sueca ha desencadenado el interés por una autora poco conocida hasta la fecha que, sin embargo, sí aparecía en las listas de candidatos a recibirla, y que ha ido acumulando una obra exigua pero muy reconocible.

Nacida en Gwangju, al suroeste de Corea del Sur, en 1970, su familia se trasladó a la capital del país cuando Kang tenía diez años, y allí estudio Literatura Coreana en la Universidad Yonsei, donde empezó a publicar poemas en revistas. Su talento no tardó en quedar reconocido; uno de sus relatos, Ancla roja, recibió el premio Seúl Shinmum y con 28 años dio a conocer su primera colección de cuentos, El amor en Yeosu. En 1998 viajó becada a la Universidad de Iowa para asistir a su reputado programa de escritura creativa, siguió escribiendo y publicando relatos y, gracias sobre todo a media docena de novelas entre las que destaca La vegetariana (2007), ha ido sumando reconocimientos, más frecuentes entre los críticos y los jurados que entre los lectores. La concesión del Nobel, no sin acierto, contribuirá a popularizar una escritura densa y a veces atroz en la fragilidad que revela.

La vegetariana, su novela más destacada

La vegetariana (1) cuenta la decisión radical de una joven recién casada, Yeong, que comienza por no comer carne y termina por no consumir casi ningún alimento, sumida en una pasividad cada vez más retraída que la conduce, por último, al internamiento en un psiquiátrico. Kang afirma que la inspiración para escribir esta novela le llegó tras leer un verso que denunciaba la violencia política. El acto de Yeong puede considerarse como una respuesta al mal bajo cualquiera de sus formas, como un modo de rechazar lo malvado general a escala doméstica.

La dureza argumental de sus obras se ve compensada por una forma de narrar sorprendente, cargada de la fuerza y la energía de la que se ven desprovistos sus personajes

En casi todas sus obras se describen reacciones extremas ante un trauma, que puede ser social o personal, y que no siempre tiene un origen evidente. Parte de la fuerza emocional de La vegetariana nace de su manera de desmenuzar las relaciones humanas, en este caso familiares. El marido, el suegro, la hermana, el cuñado, todos agreden de un modo u otro, de forma voluntaria o accidental, a la joven –en el caso del hermano de su esposo, se da además una relación abusiva compleja–, y esta condición ha llevado a algunos críticos a atribuirle una prédica victimista que, si puede resultar algo obvia, se ve compensada por una forma de narrar sorprendente, muy cuidadosa con las palabras y las metáforas, cargada de la fuerza y la energía de la que se ven desprovistos sus personajes.

En esta novela se narra con gran estilo literario cómo el hambre va transformando la conciencia de la protagonista y se hunde hasta en sus sueños, concluyendo con un clímax cercano a la perfección, en el que la paciente se imagina convertida en un árbol que extiende ramas y raíces, y que la arrebata su pertenencia a la especie humana.

Otra parábola sobre la violencia

La clase de griego (2) (2011) detalla otra renuncia estática a la violencia sufrida. La protagonista opone a los abusos de quienes la rodearon de niña la pasividad de su vida adulta y, si Yeong había dejado de comer, la mujer innominada de esta deja de hablar. Igual que la privación voluntaria de alimentos, la negación de la palabra se reconoce como una liberación, tan gloriosa como autodestructiva.

El título señala la terapia a la que se somete: superó un episodio infantil de mutismo aprendiendo una lengua extranjera, y en este segundo brote trata de hacer lo mismo recurriendo, de un modo quizá simbólico, a una literatura arcaica y a una lengua muerta. Aquí los narradores son diversos, igual que el punto de vista, y solo mediada la novela se revela la identidad de la mujer. Los elementos más destacados por la crítica son la belleza de las metáforas, la exploración minuciosa, levemente enfermiza, de los vínculos humanos y del bien y el mal que conllevan y la hondura y novedad de su pensamiento, características que pueden identificarse, por tópico que resulte, con la sensibilidad oriental. Algunos lectores perspicaces también han visto en estas conductas extremas y patológicas una aversión a la humanidad más prosaica y carnal, que resulta ser la existente.

Conflictos históricos recientes

Actos humanos (2014) posee ese trasfondo histórico subrayado por el jurado del Nobel; la masacre de Gwangju fue el resultado de la represión de un levantamiento militar en su ciudad natal, en mayo de 1980, y Kang recrea sus ecos dando voz a seis víctimas, testigos y supervivientes, afectados de forma directa o indirecta por la matanza.

Su última novela, No digas adiós (2021), que por el momento no ha aparecido en castellano, también narra las consecuencias de un conflicto violento –otro alzamiento militar, el de Jeju en 1948–, a través de la mirada de un escritor, que descubre tardíamente la intervención que tuvo en él su familia. Según su editor británico, Hamish Hamilton, “con una escritura de belleza y claridad excepcionales, Kang afronta sin aspavientos la pregunta dolorosa sobre qué significa ser humanos, pertenecer a una especie capaz al mismo tiempo de actos de crueldad y de actos de amor. Ve, siente y piensa como ningún otro escritor”.

Este último elogio podría considerarse desmesurado, una mera declaración genérica para espolear el interés –o, viniendo de su editor, las ventas–. Sin embargo, referido a Kang, y al menos con respecto a La vegetariana, la más afamada de sus novelas, lo cierto es que todas sus frases suenan tan hermosas como distintas y no oídas. Si hay otros escritores, en algún lugar del mundo, que también han visto, sentido y pensado así, deberían darse a conocer, porque son infrecuentes. Quizá, algún día reciban una llamada desde Suecia.

(1) La vegetariana. Han Kang. Literatura Random House. Barcelona (2024). 168 págs. 20,90 € (papel) / 9,99 € (digital).

(2) La clase de griego. Han Kang. Literatura Random House. Barcelona (2023). 176 págs. 19,90 € (papel) / 8,99 € (digital).

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