Del 5 al 9 de marzo se celebra la 44 edición de ARCO, una de las ferias de arte contemporáneo que más artistas atraen. Sumergirse en este espacio de 38.000 m2, formado por dos pabellones del recinto ferial de Madrid, es una experiencia desbordante. El sinfín de acontecimientos cuidadosamente seleccionados viene avalado por la calidad, aunque en ocasiones el visitante dude de ella. ¿Quién pensaría que cinco moscas sobre una pared es arte?
La feria arranca con el emotivo homenaje a Helga de Alvear, recientemente fallecida, una de las grandes personalidades que, junto a Juana Mordó, configuraron las directrices primigenias de ARCO. La coleccionista alemana apostó por el arte más vanguardista, especialmente por la fotografía, los vídeos y las instalaciones. Es importante reseñar el valor de su legado artístico, que quiso donar a la ciudad de Cáceres, donde en 2021 se inauguró el museo que lleva su nombre. Este espacio singular, firmado por los prestigiosos arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura 2023.
Este año, aunque la pintura sigue siendo la number one, el arte textil está en auge –asociado siempre a lo femenino, que es uno de los grandes temas de la feria–; pero también hay esculturas, fotografías, collages, grabados, vídeos, cerámicas, objetos híbridos, instalaciones, happenings… Está claro que la diversidad es el signo de identidad de la feria y que se pretende dar voz a los artistas, que las galerías tengan éxito y que el arte emergente alcance su momento de gloria. Por otro lado, uno de los objetivos prioritarios es fomentar la compraventa a través de programas específicos de asesoramiento para los coleccionistas, que en esta edición serán unos 400 de 40 países.
Miscelánea
En este recorrido de vértigo empezamos por desvelar algunas curiosidades de ARCO 2025. Primera: las obras de la galería de Helga de Alvear en esta ocasión no se venden: solo se exhiben. Otra es que las galerías españolas, en la primera jornada de la feria, a las 12:30, apagaron sus luces en señal de protesta por estar sujetas al tipo de IVA del 21%. Más: la obra más cara de ARCO está en la galería Leandro Navarro: Tête aux trois cheveux devant la lune, de Joan Miró, valorada en 1,6 millones de euros. También de Miró es Goauche (galería Lelong), un collage que es la segunda pieza más cara (1,2 millones), ex aequo con Pipe et paquet de tabac, de Juan Gris.
Y vamos ya con las piezas que no pasan desapercibidas. En la Galería Freijo se encuentra la obra de Ramón Mateos, que es una cortina de aluminio con el número 7.291, en recuerdo de las personas que murieron en la pandemia. También destaca la obra de Jaume Plensa (stand de El País), que reflexiona sobre las migraciones, y lo hace a través de nueve majestuosas cabezas de alabastro con los ojos cerrados.
El stand del diario ABC rinde homenaje al fotógrafo Pierre de Gonnord, que fue uno de los creadores que mejor conectó con el imaginario español. Por último, El Corte Inglés contribuye a la feria desde fuera, con una creación de Luis Gordillo titulada Transmigración de Almas, que traspasa los muros para instalarse en los escaparates de los centros comerciales de las calles Serrano y Preciados.
Foros y premios
Pero en la feria pasan otras cosas. Están los foros, con debates abiertos que abordan desde el coleccionismo y la evolución de los museos, o el 50 aniversario de la Fundación Miró, hasta los puentes entre museos de Portugal y España, lo femenino en MAV (Mujeres en las Artes Visuales) o las novedades legales en el mundo del arte y la fiscalidad de los artistas…
Un aliciente de la feria son premios. El Premio Lexus al mejor stand; ha sido para la galería belga Meessen. El Premio Opening al talento joven se ha concedido a la sudafricana Jeanne Gaigher y al mexicano Omar Castillo Alfaro. El Premio Enate, en su segundo año, ha recaído en Inmaculada Salinas. El Premio Juana de Aizpuru, que este año se estrena, está destinado a otorgar reconocimiento a una de las galerías que más haya destacado en su trayectoria en ARCO.
Y entre los encuentros, destacamos el que tendrá lugar entre los museos de Europa e Iberoamérica. Por último, en este recuento no puede faltar el rincón ArtsLibris, que quizás es uno de los espacios por donde comienza a comprar el tímido coleccionista.
La feria mantiene el diseño argumental de los ámbitos diferenciados que sirven para construir el relato del tiempo, la diversidad y la innovación. “ARCO es una feria con historia, pero sobre todo con futuro”, comenta Maribel López, directora de la feria. Madrid, durante estos días, es un derroche de creatividad, y lo que aquí sucede tiene una gran repercusión en el panorama del arte contemporáneo.
Internacionalización y Latinoamérica
La muestra acoge un total de 214 galerías, 9 galerías más que el año pasado, de 36 países. En esta ocasión, 178 configuran el Programa General, al que se suman las secciones comisariadas: “Wamatisé: ideas para un amazofuturismo”, “Opening” y “Perfiles/Arte latinoamericano”.
La presencia española constituye un tercio de la oferta y cuenta con 71 galerías. Es muy fuerte el crecimiento del arte internacional, que en su mayor parte proviene de Latinoamérica, representada por 11 países, de los que destacan Brasil y Argentina.
En cuanto al diseño arquitectónico para las zonas comunes, se ha contado con el proyecto Metropolitanismo Ferial, realizado por el estudio de Pedro Pitarch, que plantea un urbanismo orientado a los objetos. Por su parte, el Guest Lounge, ámbito para el descanso y la conversación, ha sido diseñado por el estudio Mesura y se ha basado en la compartimentación del espacio, como si estuviera dividido por membranas textiles que evocan meandros.
El Programa General es seleccionado por el Comité Organizador, en el que se notan en esta edición tres grandes ausencias: la de Helga de Alvear, la de Juana de Aizpuru y la de la Galería Marlborough, lo que indica un cambio de tendencias que irá materializándose a través de las galerías participantes. Entre ellas están Mira Madrid, ADN, Ángels Barcelona, Elvira González, Anita Beckers, Travesía Cuatro, Balcony, CarrerasMugica, Cayón, Espacio Mínimo, Max Estrella, Mayoral, Senda y un largo etcétera.
El Amazonas atrapa las miradas
ARCO sigue reforzando la idea del agua como conector de culturas y elemento que une. El año pasado fue el Caribe; este año es el Amazonas, con una propuesta peculiar que comenta Maribel López: “Nuevos modos de creación que representan existencias híbridas entre cuerpos humanos, vegetales, físicos y metafísicos”.
El espacio comisariado por Denilson Baniwa –artista indígena brasileño– y María Wills presenta una serie de arquetipos relacionados con la cosmología del Amazonas, la sabiduría ancestral y el futuro tecnológico. Son ideas que surgen en el flujo de los ríos y en el concepto Wamatisé (“lugares nombrados”), y que hacen referencia a la creación del mundo, que en su tradición es realizada por una gran serpiente enroscada que, a su vez, origina el reparto de los territorios. En ARCO, la fisonomía del animal se traslada al diseño espacial e inmersivo, simulando el movimiento circular de la serpiente que nos guía hacía el núcleo central. En este “corazón” se reflexiona sobre las diferentes visiones de la naturaleza, además de reivindicar el “amazofuturismo”: un concepto basado en la ecología, en el deseo de minimizar el impacto ambiental y fomentar la reutilización de materiales. Postulados que hace suyos el peruano Rember Yahuarcani cuando dice: “El arte nos da una voz propia y nos dignifica. Nos da la posibilidad de negociar”. También es significativa la obra de Uýra Sodoma, que en Lama fusiona los límites de lo humano y lo natural. Interesante también es El olor del auca, una obra de Carlos Jacanamijoy con un ritmo bellísimo de colores. Además, merecen atención los personajes híbridos de Daiara Tukano.
Carlols Jacanamijoy, “El olor del auca” (izda.), y Daiara Tukano, “MahkãPirõ mahsã” (fotos: ARCO)“Opening” es el espacio de los jóvenes talentos nacionales e internacionales. Cuenta con 18 galerías, entre ellas Artbeat, Blue Velvet, Fermay y Remota, Callirrhoë, El Chico, Brigitte Mulholland y Reservoir.En la sección “Perfiles | Arte latinoamericano” figuran diez galerías representadas por sendos artistas, como la mexicana Bárbara Sánchez Kane (Kurimanzutto), las brasileñas Dan Lie (Barbara Wien) y Jota Mombaça (Martins&Montero), la alemana de origen puertorriqueño Chaveli Sifre (Embajada), la argentina Mariela Scafati (Isla Flotante) o la colombiana Ofelia Rodríguez (Instituto de Visión).
Y ponemos el broche final con la obra expuesta por la Galería Moisés Pérez Albéniz. Antoni Muntadas sienta a los herederos de Picasso en torno a una mesa, con los respectivos abogados detrás. ¿Quién se queda con qué? ¿En qué se convierte la obra de un artista cuando él muere?
