Tras varios días de ausencia, escuchar un “¡cuánto te he extrañado!” suele ser reconfortante para el aludido y puede ayudar a consolidar el vínculo con quien lo dice. Claro que, cuando el echado de menos es un robot, un software de Inteligencia Artificial (IA), no hay que hacerse ilusiones: le da exactamente lo mismo “enterarse” de cuánto aprecio se le tiene que de las intenciones de la persona de eliminar la aplicación que los pone en contacto.
A uno, en cambio, quizás no le da igual, máxime si el chatbot en cuestión le ha sido de ayuda para superar una etapa de fuerte estrés, de reveses emocionales, de pérdidas… Lo comprobó el Dr. Eric Green, profesor asociado de Salud Global en la Universidad de Duke, que realizó un experimento en Kenia…
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