Para prevenir, cambiar los comportamientos

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El 6 de junio se celebrará en Francia la campaña «Sidaction 96», para recaudar, un año más, fondos con los que combatir la enfermedad. Max Clos comenta en Le Figaro (17-V-96) un aspecto de la política francesa para prevenir el síndrome.

Para no agraviar a la «libertad sexual», nuestras autoridades casi han renunciado a hacer campaña sobre el peligro de mantener relaciones sexuales con múltiples personas. Sólo cabe una solución: la promoción del preservativo, presentado como infalible.

En una carta, el profesor Henri Lestradet, de la Academia de medicina, me escribe: «Esta apuesta de los responsables políticos, que esperan que una buena técnica (el preservativo) permita no tener que modificar los comportamientos, ha servido de apoyo a todas las campañas llamadas de prevención. Pero -añade-, el preservativo sólo puede realmente impedir la extensión del contagio en la población heterosexual en la medida en que ésta no mantenga relaciones -o muy pocas- con otros grupos de riesgo».

Las cifras parecen darle la razón: en 1989, había en Francia 3.000 enfermos de SIDA y unos 30.000 seropositivos. En 1994, se ha llegado a 40.000 enfermos, de los que la mitad han fallecido ya, y, según las estimaciones, se cuentan entre 120.000 y 200.000 seropositivos.

«No podemos considerar esto un éxito -escribe el profesor Lestradet-; en mi opinión, habría que reconsiderar la postura oficial».