Enfermedades que a menudo han sido olvidadas por los laboratorios farmacéuticos, van ahora a ser objeto de un esfuerzo de las principales organizaciones sanitarias internacionales. El Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra investiga en España enfermedades de este tipo.
Desde este año, y a raíz de un acuerdo rubricado en Londres a finales de enero, las principales organizaciones sanitarias internacionales se han involucrado para erradicar una decena de enfermedades tropicales “olvidadas”. Se trata de dolencias que afectan, sobre todo, a las poblaciones de los países menos desarrollados. En concreto, este compromiso es un proyecto acordado entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial, la Fundación Gates, trece grandes compañías farmacéuticas, el DNDI (Iniciativa para los Medicamentos contra Enfermedades Olvidadas) y otras asociaciones.
Las principales organizaciones sanitarias internacionales se han involucrado para erradicar una decena de enfermedades de países pobres
Según la OMS, hay diecisiete “enfermedades postergadas”: rabia, dengue, lepra, mal de Chagas, la enfermedad el sueño y otras infecciones parasitarias (esquistosomiasis, ceguera de río, etc). El proyecto contará con una dotación de 785 millones de dólares, casi la mitad aportada por la Fundación Gates, y se centra en la lucha contra diez de las diecisiete afecciones marcadas por la OMS.
La OMS sostiene que la séptima parte de la humanidad está expuesta a las enfermedades “olvidadas”, debido a las deficientes condiciones de salubridad, en especial la falta de acceso a agua limpia, así como la mala disposición y cuidado de las viviendas. Enmarcado dentro de los “objetivos de desarrollo del milenio” de la ONU, el intento de acabar con estas enfermedades se basa en un análisis que localiza como sus causas más relevantes el insuficiente desarrollo económico y la escasez de formación médica.
Según el Dr. Paul Nguewa, director del Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra (ISTUN), “parte del problema está en que apenas el 1% de los recursos de investigación en el mundo se dedica a estudiar las enfermedades de los países pobres”.
Transferencia de conocimiento
Aparte de las aportaciones estrictamente dinerarias, el proyecto de erradicación de enfermedades “postergadas” cuenta con dos grandes pilares: la donación de medicinas y la cesión de investigaciones médicas. En el primer capítulo, varias compañías, como es el caso de GlaxoSmithKline, entregarán a lo largo de diez años un total de 14.000 millones de dosis de tratamientos.
“Apenas el 1% de los recursos de investigación en el mundo se dedica a estudiar las enfermedades de los países pobres”
En lo relativo al segundo punto, se intensificará la transferencia de conocimiento desde los países desarrollados, con la particularidad de que se incluyen investigaciones ya realizadas con objetivos distintos. Por ejemplo, como informa el diario francés La Croix, la eflornitina, estudiada en 1970 contra el cáncer y sin resultados positivos, podría ser de utilidad contra la enfermedad del sueño.
De cualquier modo, como señala el doctor Nguewa, la comunicación en este campo siempre tiene un flujo de doble sentido, pues desde los países menos desarrollados se envían valiosos datos sobre la extensión de las enfermedades, la reacción ante los tratamientos, etc. Sin esta información, muchas de las investigaciones llevadas a cabo en Europa o Estados Unidos no podrían avanzar.
El mal de Chagas, en España
Con todo, dentro de estas enfermedades “postergadas” hay notables diferencias que podrían llevar a que algunas dejaran su etiqueta de “tropical” u “olvidada”. Así, el gusano de Guinea afectaba el año pasado a poco más de mil personas en todo el mundo, casi todas en Sudán; por lo que no cabría su catalogación dentro de las primeras urgencias mundiales. Por otro lado, el mal de Chagas hace media década que tiene una influencia destacable en países europeos, como España. De hecho, esta enfermedad ha provocado un cambio en los protocolos de donación de sangre, que se modificaron para inspeccionar con detalle la procedente de donantes latinoamericanos.
Ya en 2008 se certificó el aumento de casos del Chagas en España, hasta alcanzar a 70.000 personas infectadas, por lo general inmigrantes que habían llegado de América. Esta dolencia se propaga, en origen, a partir de un tipo de chinche que no existe en España. Sin embargo, se puede contagiar por medio de transfusiones de sangre, trasplantes de órganos y también durante el embarazo, de forma que pasa de la madre al hijo. Para mayor complicación, el desarrollo del mal de Chagas presenta síntomas poco claros en su primera fase, que dura hasta veinte años. La enfermedad afecta al corazón, el esófago y el colon, y, en los casos prolongados, puede causar fallos cardiacos y la muerte. Se calcula que existen en América diez millones de personas infectadas del Chagas, con una mortandad de 12.500 enfermos al año.
El Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra
El ISTUN, sin formar parte del proyecto auspiciado por la OMS, trabaja en dos áreas: investigación y formación. Su ámbito de investigación abarca varias unidades, según el tipo de origen de las enfermedades estudiadas: vírico, bacteriano, parasitario. Destacan sus esfuerzos contra la enfermedad de Chagas, la brucelosis –según el ISTUN, afecta a 800 millones de personas– y la leishmaniosis, que supone una amenaza para casi 350 millones, además de no resultar tan “olvidada” en varias zonas de Europa. El área de formación comprende talleres, jornadas, programas de postgrado –homologados por la Universidad de Navarra– y pretende mejorar la información de que disponen los médicos y personal técnico de los países tropicales. De esta manera, se dan pasos efectivos en la prevención, diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.
La financiación del ISTUN proviene tanto de donaciones particulares como de fondos públicos orientados a la puesta en marcha de “proyectos competitivos”, en palabras de Nguewa. Esta institución dispone de una red de colaboración científica formada por 22 centros de investigación médica y universidades que representan a diecisiete países (México, Brasil, Perú, Nigeria, Mozambique, Congo, Francia, Suiza, Mongolia, Tanzania, etc). Depende de la Fundación para la Investigación Médica Aplicada, nacida en 1998 dentro de la Universidad de Navarra, y forma parte del proyecto sanitario en que también se encuentran las Facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias, la Clínica Universitaria, la Escuela de Enfermería, así como el Centro de Investigación en Farmacobiología Aplicada, el Centro de Investigación Médica Aplicada y la Escuela de Ingeniería.