Contrapunto
Una serie de instituciones religiosas norteamericanas que invierten sus fondos en Bolsa, forman un organismo llamado Centro Interreligioso de Responsabilidad Corporativa (CIRP). Aparte de buscar rentabilidad a su dinero, su estrategia es invertir en empresas que estén realizando una apreciable labor social y no invertir en aquellas cuyo objeto social o sus prácticas sean inaceptables.
Pero, ¿qué se entiende por inaceptable? Un criterio curioso es el de Timothy Smith, presidente del CIRP y miembro de la Iglesia metodista. Según explica, los metodistas no invierten en empresas tabacaleras porque consideran que el tabaco «mata», pero no se oponen a la inversión en empresas que ayudan a fomentar el aborto, «al considerarlo una elección de la mujer» (Actualidad Económica, 16-X-95).
Pero, ¿por qué hacer ascos a las tabacaleras? ¿No habría que respetar la libre elección del fumador? Lo peor que puede sucederle es que el tabaco perjudique su salud, mientras que el aborto liquida con seguridad una vida ajena. Sí, es cierto, algo repercute el humo en los fumadores pasivos, aunque no de modo tan contundente como el aborto influye en el feto pasivo. Sin embargo, con la «fina» sensibilidad ética de Timothy Smith, no habrá más remedio que abochornar a las embarazadas que fuman y respetar la elección de las que abortan.
Ignacio Aréchaga