Eutanasia

La reforma de la ley sobre el final de la vida, recién aprobada en Francia, se queda corta para los partidarios de la eutanasia y resulta ambigua para los provida.
La propuesta de suicidio asistido aprobada en Alemania abre una época de incertidumbre legal.
La organización pro-eutanasia C&C aplicó la estrategia de “abrazar” los valores de la fe y la familia
El Dr. Álvaro Gándara se ha “gastado los nudillos” en tocar puertas para intentar explicar a los políticos los cuidados paliativos, única alternativa respetuosa con el paciente terminal.
Tras una larga disputa sobre un paciente en estado vegetativo desde 2008, un tribunal francés ha dictaminado que los médicos pueden, de acuerdo con su criterio, negarse a retirar la alimentación.
El caso de la niña gallega se ha debatido con pasión, sin todos los datos y presionando a los médicos.
La Cámara de los Comunes ha descartado por una diferencia de 212 votos un proyecto de ley que pretendía legalizar el suicidio asistido en Inglaterra y Gales.
La mayoría de los médicos canadienses no quieren participar en el suicidio asistido, que será legal desde el año próximo.
Los límites de la eutanasia en Bélgica y Holanda siguen ampliándose, sin corregir los abusos.
La causa del suicidio asistido tiene poco que ver con el llamado “dolor insoportable” del que hablan las leyes, y más con la idea de que solo algunas vidas merecen la pena.
Pagar las dosis letales sale mucho más barato que costear los cuidados paliativos. La tentación es especialmente fuerte cuando escasea el dinero.
Su petición tuvo más eco que su cambio de opinión y que el desenlace natural.
La ley admite la sedación profunda previa a la muerte y da mayor relevancia jurídica al testamento vital.
Los magistrados también reconocen el derecho a la objeción de los médicos que no quieran contribuir a quitar la vida de los pacientes.
La palabra “dignidad” cada vez se usa más en las guerras culturales de Estados Unidos, pero no todos la emplean con el mismo significado.
La comisión de estudio propone garantizar la sedación “profunda y continua” y el respeto a las directivas anticipadas del paciente.
La gente que está a favor del suicidio asistido debería admitir que fuera un servicio comercial, no médico.
Kevin Yuill considera que la postura más progresista frente al suicidio asistido es oponerse a él.
Reino Unido, Canadá, Australia y Alemania debaten sobre la eutanasia, a la espera de propuestas de ley o sentencias que podrían marcar un cambio.

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