Conciliación: el único consenso de un feminismo en guerra

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Mesa de políticas en la Jornada por la Igualdad en el Congreso de los Diputados, 6-03-2025

El feminismo en España sigue dividido y los casos de presuntos abusos sexuales por parte de importantes dirigentes de la izquierda han enfrentado aún más a las formaciones que se definen como feministas. El único tema en el que hay un cierto consenso es en la necesidad de avanzar en las leyes sobre conciliación. 

Este sentir común, aunque con disparidad de enfoques, se reflejó en el Congreso de los Diputados en el transcurso de una Jornada por la igualdad organizada por Demócrata y Artículo 14, dos medios de comunicación dirigidos por mujeres (Pilar Velasco y Pilar Gómez), y la asociación de periodistas parlamentarios. La Jornada, que llevó por título “Legislar por la conciliación”, constó de dos mesas redondas: una con representantes de algunos de los principales partidos del Congreso y otra con expertas. 

El encuentro confirmó lo que se percibe en la calle: que en España, hoy, es más fácil poner de acuerdo a la sociedad que a los políticos. Y eso que, en principio, las formaciones representadas en la jornada (PSOE, PP, ERC y Sumar) estaban de acuerdo tanto en lo positivo de haber conseguido la firma del Pacto de Estado contra la violencia de género como en la necesidad de avanzar en medidas de conciliación. Aquí se acabó la sintonía. Cuca Gamarra (PP) y Andrea Fernández (PSOE) compitieron por colgarse la medalla de la lucha contra la violencia; Gamarra afeó a las formaciones progresistas su defensa de la ley del “solo sí es sí”, mientras que la portavoz de Sumar, Verónica Barbero, antes de mostrar sus profundos conocimientos en políticas laborales, aprovechó su intervención para pedir que el aborto sea un derecho protegido por la Constitución, obviando que hay feministas provida y que la idea de ligar el aborto universal al progreso y bienestar de las mujeres es algo que suscita mucha división social.

Pilar Vallugera (ERC) pidió que el feminismo no se centre solo en lo empresarial, y que reconozca el rol social que tiene la crianza

Paradójicamente, el discurso más unificador lo pronunció la representante de ERC, Pilar Vallugera, que señaló que hay una parte de la conciliación que no se acaba de acometer porque “nuestra perspectiva es únicamente empresarial y no estamos reconociendo el rol social que tiene la crianza. Esta es la razón de los bajísimos índices de natalidad, que son preocupantes por lo que supone una sociedad que no se reproduce con normalidad”. A partir de su testimonio personal –“Soy un ejemplo de anticonciliación porque hubo un momento en que dejé mi trabajo porque no era compatible con cuidar a mis hijos”–,  señaló que apostar por la igualdad sin cambiar el marco laboral es una carga más para las mujeres: “La igualdad aplicada sin cortapisas es lo más injusto”, afirmó, para después explicar cómo muchas mujeres enlazan el cuidado de los hijos con el cuidado de los padres y defender la necesidad de que el Estado apoye estos cuidados. 

Hablan los expertos

Llegó el turno de la sociedad civil y, con él, las propuestas y reclamaciones concretas a los políticos. Lucila García Méndez, directora general de la asociación ClosinGap, que tiene como objetivo analizar las principales brechas de género para un crecimiento económico inclusivo, destacó que cerrar la brecha de la conciliación –adecuando, por ejemplo, los tiempos de cuidado entre hombres y mujeres– supondría un avance en igualdad. 

María Rey, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, señaló cómo en la profesión periodística hay un gran número de mujeres en mandos intermedios pero todavía muy pocas en los despachos donde se toman las decisiones. 

Laura Baena, del Club Malas Madres, en la Jornada por la Igualdad en el Congreso de los Diputados, 6-03-2025

Refiriéndose a su situación personal, afirmó que ella ha podido tener una familia numerosa porque disponía de medios, mientras que hay profesionales jóvenes que no tienen más hijos porque sencillamente no pueden cuidarlos. “Si los cuidados son necesarios –que lo son–, ¿por qué hay que considerarlos un lujo? Y si cuestan dinero –que cuestan– ¿por qué no desgravan?”, se preguntó.

En el mismo sentido, Laura Baena, impulsora del Club Malas Madres, se mostró aún más tajante: “No es un país para madres. El sistema actual te expulsa, es imposible conciliar la vida laboral y profesional. Si hubiera más medidas de conciliación, las mujeres tendrían más hijos, y lo que no es de recibo es tener una ley de familias metida en el cajón desde 2023 o que España haya sido multada por no cumplir la directiva europea sobre el permiso parental”.

Laura Baena (Club Malas Madres) pidió más presencia del hombre en el hogar, estabilidad legislativa en el tema de la conciliación y tener en cuenta el tejido empresarial español

Baena señaló que faltan empresas corresponsables, que algunas medidas como la flexibilidad horaria mejorarían mucho las cosas y que una parte importante del desequilibrio actual se debe a que mientras las mujeres han salido al mercado laboral –”entre otras cosas, porque si no, no se llega a final de mes”–, el hombre no ha entrado de la misma manera en el hogar. Además, pidió a los partidos que las leyes de conciliación no estén sujetas a los vaivenes políticos, que se legisle teniendo en cuenta que en España la mayoría de las empresas son pymes o micropymes, y que los diferentes partidos lleguen a consensos. “Qué maravilla veros de acuerdo en algo, y defender la educación gratuita de 0 a 3 años –ironizó–, y no nos enganchemos en si esa escuela es para cuidar o para enseñar. La realidad es que es necesaria para conciliar”.

Por último, Baena presentó “Yo cuido, nosotras cuidamos”, una app que ha impulsado la asociación Yo no renuncio para facilitar la conciliación. “Es el Tinder de las madres, que no lo vamos a utilizar para ligar sino para sobrevivir”. La app permite, entre otras cosas, localizar a madres cercanas para compartir cuidados o favores, solicitar apoyo emocional y legal o recibir propuestas de planes familiares. Una app que, en cierto modo, es un ejemplo más de que la sociedad civil a veces llega antes que los políticos a resolver determinadas cuestiones. Eso sí, en el caso de la conciliación, como en tantos otros, sin leyes concretas dotadas de presupuesto, es imposible llegar muy lejos. Aunque se vuelva a celebrar el 8M y casi todo el feminismo esté de acuerdo en conciliar.

Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta

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