Reconozco que, de las tres películas de Bridget Jones, me quedé en la primera, El diario de Bridget Jones. La película adaptaba la que fuera primero columna y luego novela de Helen Fielding, y era, fundamentalmente, un personaje y una generación: la de los que estrenaron el siglo XXI instalados en la treintena. Jones era esa mujer patosa y encantadora, desinhibida sexualmente y obsesionada con encontrar el amor de su vida… y adelgazar. El duelo sentimental de la primera cinta entre el chico atractivo y canalla, interpretado por Hugh Grant, y el soso pero con corazón de oro, que era Colin Firth, por lo visto, se mantenía, con ligeras variaciones, en las dos siguientes.
Tenía cierta curiosidad por saber cómo discurriría la vida de Bridget Jon…
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