Después de los trágicos sucesos relatados en Vengadores: Endgame y en la serie Falcon y el Soldado de Invierno, es elegido presidente de Estados Unidos el general Thaddeus Ross (Harrison Ford). Se trata de un duro militarista, que nunca se ha llevado bien con los superhéroes, pero que ahora pide ayuda al nuevo Capitán América (Anthony Mackie) para llevar a buen puerto un ambicioso tratado internacional. Pero alguien atenta contra el propio presidente a través de supersoldados activados por control mental. El Capitán América y su actual escudero, Joaquin Torres (Danny Ramirez), el nuevo Falcon, intentarán detener el complot.
Esta película número 35 del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y cuarta de la saga del Capitán América es la primera en la que el afroamericano Anthony Mackie encarna al líder de Los Vengadores. Él y Danny Ramirez aportan humor y frescura, y sacan partido dramático a la ausencia de superpoderes de sus personajes. Y mientras, Harrison Ford se luce en un papel ambiguo que le va al pelo, y la actriz israelí Ruth Bat-Seraph resulta muy inquietante en la piel de la agente secreta Shira Haas. También da la talla el director nigeriano Julius Onah (The Cloverfield Paradox), que sostiene el dilatado thriller de espías inicial y se desmelena en la trepidante recta final, con vistosas secuencias bélicas y de peleas. Pero nada de todo eso sorprende. Así que éste será otro filme de transición a la espera del que devuelva al subgénero su esplendor de hace años.
Jerónimo José Martín
@Jerojose2002