El 5 de septiembre de 1972, en Múnich, en plenos Juegos Olímpicos, un grupo terrorista palestino –Septiembre Negro– secuestró y asesinó a 11 deportistas israelíes. Este trágico suceso había sido llevado al cine en varias ocasiones. Quizás la película más conocida es la dirigida por Steven Spielberg, Munich (2005), que se centra en la respuesta israelí al atentado. Unos años antes, en 1999, Kevin McDonald había rodado un interesantísimo documental, Un día de septiembre, a partir de material grabado y emitido en la época.
El planteamiento de Septiembre 5 es radicalmente distinto. No se trata de contar unos sucesos que, de una manera u otra, ya se habían contado, sino de poner el foco en el propio hecho de la transmisión de este episodio. Con otras palabras: la película se centra en cómo se difundió una noticia que se convirtió en Historia con mayúscula.
Septiembre 5 disecciona el trabajo de un grupo de reporteros de deportes de la cadena ABC que, durante unas horas, dejaron de hacer periodismo deportivo para retransmitir en directo un atentado de gravísimas consecuencias humanas y geopolíticas. Estamos ante un absorbente thriller periodístico. Un buen thriller que se apoya en una abundante documentación y en unos apasionantes testimonios reales: los de los propios periodistas de la ABC que, en medio de una situación extrema, tuvieron que tomar decisiones de claras derivadas éticas.
Con un rodaje clásico, un montaje ágil y unas interpretaciones tan contenidas como convincentes, Septiembre 5 es una película que juega a dos bandas; por una parte, como retrato de un periodismo televisivo que forma parte de la historia, con sus satélites, sus dificultades de conexión y sus tiempos, irreconocibles hoy para los nativos digitales. Por otra parte, la película es plenamente actual en los conflictos que aborda: desde la búsqueda de la verdad hasta la información como servicio y no como espectáculo, o la necesidad de confirmar las fuentes… aunque suponga retrasar una exclusiva
En ese sentido, y en unos momentos de crisis del periodismo, Septiembre 5 es una película necesaria. Y es uno de los títulos del año. Hace unos días alcanzó una nominación a mejor guion original. Una nominación que sabe a poco, porque el filme les da bastantes vueltas a otros títulos hipernominados –desde Emilia Pérez a The Brutalist– que, sin embargo, carecen de la fuerza y la emoción que tiene este thriller.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta