La “nueva vía” de Kamala Harris

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La “nueva vía” de Kamala Harris
Kamala Harris en la Convención Nacional Demócrata, Chicago, 19-08-2024 (Maxim Elramsisy/Shutterstock)

Chicago.— “Señora Presidenta” suena bien; estas palabras podrían pronunciarse por primera vez en la historia de Estados Unidos si Kamala Harris vence a Donald Trump y gana las elecciones en noviembre. Con la nominación oficial de su partido en Convención Nacional Demócrata de Chicago durante la segunda semana de agosto, las “buenas vibraciones y la alegría” exhibidas allí han sido palpables en todos los medios de comunicación desde el día en que Joe Biden retiró su candidatura a la presidencia, un acto que es el primero de este tipo en la política estadounidense. Algunos dicen que Harris ha tenido un ascenso relámpago que la ha llevado a cumbre demócrata sin ningún esfuerzo.

Pero detrás de las llamativas sonrisas de las portadas, hay muchas cuestiones preocupantes que aún planean como una nube persistente sobre esta “cara nueva”. Resulta paradójico que se le aplique el adjetivo “nueva”, ya que ha sido vicepresidenta durante los últimos tres años y medio de la Administración “Biden-Harris”, y los demócratas han gobernado durante doce de los últimos dieciséis años.

¿Qué hace que esta vez sea tan distinta? El mensaje que transmitió en su entrevista para la CNN y en el reciente debate con Trump se reducen a construir una economía de oportunidades y aumentar la seguridad económica de la clase media, y así poner en pie una Nueva Vía. En palabras de un columnista del Wall Street Journal: “La prensa se está tragando la afirmación de Harris de que generará una ‘economía de oportunidades’, sin explicar cómo más políticas como las que trajeron la inflación, el caos fronterizo y el crimen –y amargaron al público– darán resultados diferentes”.

Biden está oficialmente enterrado

La estrategia es sencilla: Harris se ha alejado todo lo posible de Joe Biden, creando la ilusión de que su presidencia marcaría el comienzo de una nueva ola de cambios culturales y económicos. A principios de agosto, Harris declaró en un acto público en Carolina del Norte: “Los precios siguen siendo demasiado altos. Y, más importante aún, por mucho que uno trabaje, parece tan difícil salir adelante… Ahora es el momento de trazar una nueva vía”. Hay que hacer hincapié en la palabra “nueva”.

Una Nueva Vía significa que se ha enterrado al anciano Biden con la esperanza de hacer creer a los estadounidenses que se ofrece algo “nuevo”. Harris sabe que el desempeño de la Administración Biden tiene un grado de impopularidad histórico, así que ¿por qué no presentarse contra él? En la Convención Demócrata, Biden subió al escenario para cavar su propia tumba y zarpar hacia su ocaso.

Harris promete ocuparse de las grandes preocupaciones de la clase media: el aumento de los precios de las viviendas y de los artículos de consumo esenciales

El senador J.D. Vance, el candidato republicano a la vicepresidencia, ha intentado desenmascarar la estrategia demócrata comentando a los periodistas: “No hace falta más que recordarlo a la gente: Ella es realmente la vicepresidenta ahora mismo, por mucho que intente huir de su propio historial”.

Promesas preelectorales

¿Hacia dónde promete llevar a los estadounidenses la “nueva vía”? Incluso los que apoyan incondicionalmente a Harris se dan cuenta de que es difícil definir sus políticas. En lugar de ofrecer propuestas políticas detalladas, la campaña de Harris ha optado por dar una visión general con la que promete hacer más asequible la vivienda y abaratar la cesta de la compra.

En uno de sus mítines, Harris dijo: “Cuando sea elegida presidenta, mi máxima prioridad será reducir el coste de la vida y aumentar la seguridad económica de todos los estadounidenses. Me ocuparé de los bajar los precios que más importan a la mayoría de los estadounidenses, como el de los alimentos”.

Sus promesas suenan atractivas y conectan especialmente con las mujeres menores de 30 años. Se centra en las preocupaciones de la clase media hablando de reducir el coste que suponen los alimentos y la vivienda. Aún no está claro cómo lo logrará exactamente.

¿Es hora de pasar página?

Durante el primer y probablemente único debate presidencial de 2024, que tuvo lugar el pasado 10 de septiembre, Kamala Harris se presentó pulcra, preparada y lista para convencer al público estadounidense de que “no vamos a volver atrás”. Supo pinchar repetidamente a Donald Trump, que por eso se mostró inseguro y a la defensiva.

Sin embargo, Harris fue insustancial en sus propias respuestas, y a menudo estuvo titubeante, aunque demostró que se había preparado a conciencia el debate y trató de ofrecer una imagen de profesionalidad y aplomo. Ahora bien, muchas de las afirmaciones de ambos candidatos fueron exageradas o aun completamente falsas. Esto no augura nada bueno para los estadounidenses que buscan seguridad en uno u otro de los candidatos a presidente.

Aunque el debate no tuvo mucho contenido y pareció bastante guionizado, demostró al público estadounidense que Harris es una candidata que promete “pasar página” y forjar una “nueva vía”. En cierto modo, su historial favorece esa imagen: parte prácticamente de cero. Pero más que llevar a cabo reformas políticas radicales, tendrá que acreditar un fuerte liderazgo tanto en el interior como en el exterior para alcanzar sus objetivos, algo que hasta ahora no ha sabido hacer. El tiempo dirá si su sueño se hace realidad.

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