Hijo de la productora Cristina Huete y del cineasta Fernando Trueba, Jonás Groucho Trueba lleva el cine en su segundo nombre y en las venas. Por eso ha sabido labrarse desde 2000 —cuando se dio a conocer con el corto Cero en conciencia— una sólida carrera en el cine gourmet y humanista, ajeno a las modas y en el que, sin perder una marcada personalidad propia, se adivina la influencia de Eric Rohmer, Woody Allen, el cine independiente made in USA y el cine de su propio padre. Así lo demuestran películas de ficción como Todas las canciones hablan de mí, Los ilusos, Los exiliados románticos, La reconquista, La virgen de agosto y Tenéis que ir a verla, o el original documental Quién lo impide. Ahora estrena el que es quizás su mejor film, Volv…
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