A comienzos del siglo XX, la familia Ughetto lucha por mantenerse en un pequeño pueblo del norte de Italia. La esperanza de una vida mejor les lleva a emigrar a Francia, donde procurarán sobrevivir a los prejuicios y al inicio de la Primera Guerra Mundial.
Segunda película del director francés Alain Uguetto, que logró con todo merecimiento el Premio del Cine Europeo a la mejor cinta de animación en 2022. La historia que cuenta es autobiográfica, entrañable y cruel, con una creatividad y madurez en la utilización del stop motion que hace que la película sea deslumbrante en su esmerado detallismo. El director y coguionista sumerge con facilidad al espectador en un universo de recuerdos en que la realidad se funde con la ficción. Es la historia de sus abuelos, tal y como ellos mismos se la contaron y él recuerda con un nebuloso y delicadísimo simbolismo infantil.
En la película prevalece el ingenio del emigrante por salir adelante en medio de un cúmulo de adversidades, con la familia como principal foco de esperanza y defensa de la dignidad. Sin embargo, hay algunos apuntes caricaturescos de la Iglesia católica que, a pesar de ser muy puntuales, destacan por su estereotipada simpleza.
Muy distinta es la delicadeza y complejidad que transmite la banda sonora del maestro Nicola Piovani (ganador de un Óscar por La vida es bella), que modula perfectamente el tono emocional de una memoria luminosa, con una presencia notable del humor italiano más universal.
