9788498389494

Los testamentos

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALThe Testaments

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona - 2019

Nº PÁGINAS512 págs.

PRECIO PAPEL21 €

PRECIO DIGITAL12,99 €

GÉNERO

“Estamos construyendo una sociedad coherente con el Orden Divino”, afirma Tía Lydia, una de las tres narradoras de esta novela, continuación de El cuento de la criada. Una secta se ha hecho con el poder en Estados Unidos, que se transforma en Gilead, una “teocracia puritana” donde, bajo la inspiración de ideas tomadas del Antiguo Testamento (bastante peregrinas hasta en su justificación), los hombres (los Comandantes) tiene absoluto control de todo, y las mujeres (divididas en Tías, Esposas, Marthas y Criadas) desempeñan un papel secundario. Las Tías se dedican a la educación; las Esposas, al gobierno de las casas y a la familia; las Marthas son las empleadas domésticas, y las Criadas, el último escalafón, son esclavas sexuales destinadas a la reproducción.

En este contexto se desarrolla El cuento de la criada, novela que la escritora canadiense Margaret Atwood (1939) publicó en 1985. Aquella obra fue recibida en su momento sin pena ni gloria, en parte porque en sus planteamientos eran muy evidentes las huellas de la literatura distópica de autores tan influyentes como Aldous Huxley, George Orwell o Evgueni Zamiatin. Sin embargo, más de treinta años después, una serie televisiva inspirada en ella ha tenido gran éxito en todo el mundo y se ha convertido en un símbolo feminista.

Este fenómeno ha movido a la autora canadiense a continuar la historia, situando la acción apenas quince años después de los hechos narrados en la primera novela. Atwood elige como protagonistas y narradoras a tres mujeres, dos jóvenes (Agnes y Jade) y a Tía Lydia, uno de los rostros más conocidos del Estado totalitario de Gilead. En principio, son tres testimonios que avanzan de manera paralela y que confluyen en el desenlace final, que anuncia la degradación del régimen tiránico de Gilead.

Atwood muestra cómo los fundamentos ideológicos de Gilead se sustentan en la mentira y en la corrupción. Tía Lydia lleva años recopilando historias, detalles, sucesos que documentan esta progresiva degeneración de un Estado basado en la constante manipulación de la Biblia. Además, el comportamiento de los líderes de Gilead no es un ejemplo de los ideales “puritanos” del régimen. Tía Lydia, que sabe que está jugándose la vida, recurre a Agnes, que renuncia a un matrimonio con un destacado Comandante para poder ingresar en el grupo de las Tías, y de Jade, que vive en Canadá y que, sin saberlo, se convierte en una pieza clave para acabar con Gilead. Las últimas páginas se convierten en una novela de aventuras.

El cuento de la criada sorprendía por la creación de una sociedad tan injusta y cruel con las mujeres, especialmente con las Criadas. En Los testamentos, Atwood censura los métodos de los totalitarismos que controlan todos los movimientos de sus ciudadanos, también los que afectan al plano íntimo y personal, y que promueven tácticas de ingeniería social para transformar la sociedad a su antojo, en el caso de Gilead convirtiendo a las mujeres en personas de segunda categoría, sin apenas derechos.

Los testamentos ha despertado expectación, más que por sus contenidos literarios –no estamos ante una obra maestra–, por la significación feminista tanto de la novela como de la serie. En la continuación, las descripciones de la estratificada sociedad distópica apenas sorprenden. En la evolución y complicación del argumento, Atwood abusa de “casualidades” para encajar las piezas de la trama. También resulta un tanto torpe el maniqueísmo en la exposición de las ideas y en el retrato moral de los personajes. El mensaje de la obra es, quizás, excesivamente evidente y reiterativo, más aún si se ha leído la primera parte o visto la serie, y adolece de bastante superficialidad en su plasmación literaria.

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