¿Cómo sería nuestro presente si el pasado hubiera ocurrido de otra manera? Esta es una pregunta que ha estado hasta hace poco tiempo vetada en el campo de la historia, pero que en la actualidad se está abriendo camino en la disciplina como un medio para entender y explicar las consecuencias de las decisiones tomadas por quienes nos precedieron.
Richard J. Evans, especialista en la historia del siglo XX, analiza en este ensayo la llamada concepción contrafactualista. El libro tiene su origen en un ciclo de conferencias que el autor impartió hace unos años en Jerusalén; en ellas reflexionaba sobre la viabilidad y eficacia de esta metodología. ¿Sirve de algo, se pregunta, plantearse lo que hubiera pasado si la Armada Invencible hubiera conquistado Inglaterra o Al Gore ganado las elecciones de 2000?
Evans recuerda, citando a Johan Huizinga, que el historiador debe siempre mantener hacia su tema de estudio una perspectiva indeterminista. Pero critica que quienes se embarcan en el contafactualismo escriban obras que responden sobre todo a sus deseos o inclinaciones, sin basarse en hechos; por otro lado, ¿hasta qué punto se puede calificar de investigación un trabajo que carece de fuentes?
El historiador británico analiza con detenimiento el método empleado por el contrafactualismo, tal y como lo describe Niall Ferguson en Historia virtual (1997). Según Evans, los contrafactualistas pretenden “recuperar el libre albedrío y la contingencia de la historia, y restablecer al actor individual”; en este sentido, es una corriente opuesta al marxismo y más conservadora. Pero descubre en sus planteamientos importantes contradicciones.
Por otro lado, el libro se detiene a examinar la proliferación de publicaciones aparentemente científicas y de investigaciones académicas que tienen el objetivo de desvelar una supuesta verdad oculta, pero que no emplean fuentes contrastables. Además de advertir del peligro que suponen, relaciona el fenómeno con la difusión de fake news.
Contrafactuales es, así, una breve historia del contrafactualismo y una contundente crítica a su uso en el campo histórico. No es un texto dirigido exclusivamente a interesados en la historia, ya que aportará ideas y dará que pensar a quienes estén preocupados por la suerte de la verdad en el contexto posmoderno.