Unos bancos que sí responden a la demanda social

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El impacto social de la crisis económica ha significado durante el año 2011 para los Bancos de Alimentos la necesidad de incrementar notablemente su trabajo de lucha contra el despilfarro alimentario y de ayuda a los más desfavorecidos. Intensa actividad que se ha tenido que desenvolver no solo en el ámbito de España, donde operan 52 Bancos de Alimentos, sino en el del conjunto de países europeos con 240 bancos de alimentos activos y ante las instancias de la Unión Europea en Bruselas y de los gobiernos nacionales.

La Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) detectó durante el pasado año un incremento global aproximado del 40 por ciento de nuevas solicitudes de asociaciones de ayuda alimentaria a los necesitados. Incremento que, salvo en casos concretos, no ha podido ser atendido ya que los alimentos obtenidos para su reparto a esas asociaciones no ha experimentado un incremento proporcional a las nuevas necesidades. Aunque en 2010 los alimentos conseguidos por los 52 Bancos de Alimentos españoles experimentó, contra toda previsión, un incremento del casi el 20 por ciento y que esa tendencia se ha mantenido durante el año pasado, las necesidades superan ampliamente a las posibilidades.

Hasta el momento las fuentes principales de suministro de los Bancos de Alimentos son las donaciones de empresas de la alimentación, tanto productoras como distribuidoras, el Programa Europeo de Ayuda a los más Desfavorecidos (PEAD) y las “Operaciones Kilo” por las que los particulares donan a los bancos de Alimentos productos con destino a los necesitados. De esas tres fuentes de productos, es de gran importancia el programa PEAD ya que, en el caso de España, significó en 2010 el 42 por ciento del total de alimentos repartidos. En casos como el de Polonia llega al 90 por ciento de lo que distribuyen.

Movilización para mantener el programa
Sin embargo ese programa europeo, que comenzó en 1986 con motivo de la escasez de alimentos originada por la ola de frío que azotó Europa, hoy tiene fecha de caducidad, concretamente finales del 2013. Los problemas que han afectado al PEAD en 2011 han hecho movilizarse intensamente a los bancos de alimentos de Europa.

Integrados estos en la FEBA (Federación Europea de Bancos de Alimentos) su sede de París se ha convertido en un pequeño cuartel general en el que una docena de personas, con el apoyo de las federaciones nacionales, han planificado y realizado grandes esfuerzos de información y presión sobre los organismos de Bruselas, los gobiernos y las opiniones públicas. El objetivo era intentar a toda costa que la Unión Europea no abandonase de un plumazo a sus más de 30 millones de pobres con problemas de malnutrición.

Los gobiernos que bloquean la continuidad del PEAD en su actual forma y presupuesto son los de Alemania, Reino Unido, República Checa, Suecia, Dinamarca y Países Bajos. Su base jurídica, una sentencia del Tribunal Europeo de Luxemburgo en la que se establece que los fondos de intervención de la PAC (Política Agrícola Común) solo pueden aplicarse a excedentes de productos y no a financiar programas de carácter social.

Su argumento político, liderado por Alemania, es que la política social debe ser responsabilidad de cada país y no de la Unión Europea. Con la aplicación de esa sentencia el presupuesto del PEAD para 2012 pasaba de 480 a 113 millones de euros y en 2013 podría quedarse sin asignación alguna. Situación difícil para las federaciones de bancos de alimentos y en algunos casos dramática por el fortísimo descenso de su capacidad de repartir alimentos a los necesitados, últimos damnificados por la medida.

En una nota de prensa del 20 de septiembre pasado la FEBA señalaba: “Es inconcebible que 6 países de los 27 de la UE puedan impedir que 20 Estados se beneficien en 2012 y 2013 de un mecanismo transitorio que permitiría mantener un presupuesto anual de 480 millones de euros”.

La Federación Española de Bancos de Alimentos colaboró en la campaña con una rueda de prensa conjunta con Cruz Roja, con la que comparte el reparto de alimentos procedentes del PEAD, reuniones con los responsables del Ministerio de Medio Ambiente, reuniones diversas en Bruselas y cartas personales a los parlamentarios europeos y una carta dirigida a los Gobiernos de los 27 a través de la presidencia polaca de la Unión.

Una solución transitoria hasta 2013
Las acciones de presión política y mediática han dado cierto resultado provisional. En el último Consejo Europeo del 2011 los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión han tomado la decisión política de prolongar hasta finales del 2013 el programa PEAD en su nivel presupuestario actual, pero con la explícita negativa de Alemania y el grupo de bloqueo de que se renueve el programa después de 2013.

En su última sesión plenaria del año pasado, el Parlamento Europeo rechazó, con motivo de una votación en la comisión agrícola, la terminación del PEAD en 2014 y ha pedido a la Comisión que presente una propuesta legislativa para después de finalizado el periodo transitorio actual. En el plano de las competencias parlamentarias, no tendría operatividad una minoría de bloqueo, lo que permitiría la creación de un nuevo programa aunque con base jurídica diferente a la de la PAC actual

Salvada momentáneamente la situación, la intención de las federaciones de bancos de alimentos europeos y de la FEBA es mantener un alto nivel de información y de presión para que no desaparezca el PEAD o que sea sustituido por otro similar con una base jurídica estable y que muestre que la Unión Europea no está exclusivamente preocupada con los problemas de la deuda pública de los países miembros.

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