Una de las características de nuestra época es la frecuencia y aceptación social de conductas y acciones extravagantes en público, no como hechos aislados, sino como tendencia.
Extravagante viene de extra-vagare, que es ir fuera de lo acostumbrado, normal o usual. Por eso mismo llama la atención. Si veo por la calle a un policía con un gorro de cocinero, pienso que es extravagante.
Hay muchos tipos de extravagancias. Unas son festivas, inocuas, de simple diversión. Otras superan el límite de lo inocuo y se ven ridículas. Otras pueden tener resultados trágicos (como el balconing) o de creciente descrédito de la política.
Nunca es fácil señalar lo peculiar de una época, pero hay suficientes indicios de que la nuestra es muy proclive a una var…
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