Los nacidos fuera del matrimonio, a la baja en EE.UU.

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La tendencia a tener hijos fuera del matrimonio, que ha ido ganando terreno en el mundo desarrollado desde hace medio siglo, parece estar experimentando un parón en Estados Unidos, donde el número de niños nacidos de padres no casados ha estado cayendo durante una década, en comparación con el de los que han visto la luz tras el “sí, quiero” de sus progenitores.

Según Lyman Stone, del Institute for Family Studies (IFS), si en 1960 solo el 5% de los nacimientos eran extramatrimoniales, en 2007 su índice era del 41%. Pero ahí empezó a bajar. En 2016, los niños nacidos de madres no casadas ya constituían menos del 40% del total.

“Algunos menores parecen tener dificultad para adaptarse a ver a sus padres y a sus parejas entrando y saliendo de sus casas”

En números, se advierte que si en 2007 los nacidos de madres solteras sumaron 1,7 millones de bebés, en 2016 fueron poco más de 1,5 millones, mientras que se aprecia una evolución positiva en la cifra de los nacidos dentro del matrimonio a partir de 2012-2013 (2,3 millones), para alcanzar unos 100.000 más en 2016.

Tal vez las prestaciones estatales a las familias monoparentales o de padres simplemente convivientes estuvieron pesando en el auge de los nacimientos en esta modalidad. El IFS señala particularmente un programa “muy generoso”: el EITC, que reduce la carga impositiva de las familias monoparentales e incluso les puede dar derecho a reembolsos. Enterados de que cuentan con este colchón financiero para sacar adelante a sus hijos, los solteros o los convivientes tienen que pensárselo menos para dar el paso de tenerlos.

Los casados, sin embargo, tienen bastantes más apoyos. En Forbes , la analista Kate Ashford señala que muchas parejas en unión consensual no se enteran –o lo hacen demasiado tarde– de las ventajas que tendrían si hubieran intercambiado anillos, y cita, además de las rebajas impositivas, la inclusión de un cónyuge en el seguro médico del otro, la posibilidad de traspasar los fondos de pensiones del que fallece al que sobrevive, y también la transmisión de sus propiedades sin que medie un gravamen. Así, los casados pisan terreno más firme, y la paternidad se beneficia.

Donde es más fácil “zafarse”…

Entretanto, de este lado del océano no hay cambios de tendencia: todavía son menos los nacidos fuera del matrimonio, pero van en ascenso. Un incremento lento, pero ininterrumpido: en 2016 ya constituían el 43% de los nacimientos, cuando en 2000 eran el 28% del total, según cifras de la oficina estadística de la UE, Eurostat.

En España, un 45,9% de los niños nacidos en 2016 lo fueron de padres no casados

Los números varían ampliamente entre bloques de países: si en Grecia, Chipre y Croacia son más del 80% los que nacen de padres casados (Polonia se acerca, con el 75%), en otros como Francia, Bulgaria, Eslovenia y Estonia, se registran más nacimientos en el seno de hogares donde no existe ese compromiso. España, que en 2016 tenía un 45,9% de bebés de padres no casados, no llega al nivel de los antes mencionados, pero como ellos, sigue la misma tendencia (en 2007 fueron el 30,2%, y en 2013 el 40,9%).

Francia es el caso que más destaca, con casi un 60% de nacimientos fuera del matrimonio. Ya en 2007 aventajaba a España en este índice, con el 51,7%, e igual en 2013, con el 57,2%. Pero para hallar algún país que la supere en esto hay que salir de los predios de la UE y aterrizar en Reikiavik: un 70% de los islandeses que llegaron al mundo en 2016 lo hizo, bien en el seno de una unión consensual, bien en un hogar monoparental.

Parte de la explicación del escaso ánimo que tiene buena parte de las parejas francesas para darles carácter matrimonial a sus uniones, radicaría en la existencia de una figura legal que les garantiza “complicarse menos”.

Se trata del Pacto Civil de Solidaridad (PACS), que confiere a los interesados muchos de los deberes y derechos (como las rebajas fiscales) de los cónyuges, si bien con la posibilidad de “zafarse” más fácilmente si la relación no funciona. ¿La diferencia? Que ninguna de las partes, una vez separadas, puede reclamarle a la otra una pensión alimentaria ni tampoco propiedades.

Cuando, sin embargo, hay hijos de por medio, el PACS no pasa de ser un frío mecanismo económico, y el bienestar de estos no es prioridad. Que se facilite a tal extremo la separación de los padres no puede beneficiarlos.

A menor compromiso, mayores perjuicios a los niños

El informe del IFS, puso el foco, entre varias cuestiones, en la inestabilidad a que se exponen los niños que nacen fuera del matrimonio en países de Europa y América del Norte.

Muchas parejas en unión consensual no se enteran de las ventajas que tendrían si hubieran intercambiado anillos

Los investigadores constatan que los menores cuyos padres no se han casado tienen mayores posibilidades de experimentar transiciones en el hogar, a saber, cambios de pareja por parte de la madre. Es así en la mayoría de los países analizados: en España, por ejemplo, los hijos de madres no casadas y de educación media tienen un 7% de probabilidades de atestiguar un cambio de pareja de su progenitora, dos puntos más que sus pares nacidos en matrimonios. Pero en el Reino Unido la diferencia se dispara, con un 60% de probabilidades para los primeros y un 31% para los segundos.

A efectos concretos, ¿tiene esto alguna importancia? El sociólogo Andrew Cherlin, citado por el IFS, señala que la inestabilidad en el hogar “puede incrementar los problemas emocionales y conductuales de los chicos. Dicho con claridad, algunos parecen tener dificultad para adaptarse a ver a sus padres y a sus parejas entrando y saliendo de sus casas”.

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