En España, una película sobre un motín carcelario, Celda 211, tuvo muy buenas críticas y fue la gran triunfadora en los premios Goya, después de un buen rendimiento en taquilla. En Francia, Un profeta, que cuenta la vida de un preso, un chico analfabeto de 19 años, francés de origen magrebí, parte como favorita para triunfar en los César.

La sexta película de Jacques Audiard (Un héroe muy discreto, De latir, mi corazón se ha parado) ya fue premio especial del jurado en Cannes y logró dos premios de la Academia de Cine Europeo (para el protagonista –Tahar Rahim– y para el sonido). Es una de las aspirantes al Oscar a la película en lengua no inglesa y no sería raro que lo ganara.

La pregunta obligada es si estamos ante una gran película. Sí, Audiard (París, 1952) y sus tres compañeros guionistas han escrito una historia muy sólida, tanto que los 150 minutos de metraje se siguen sin caídas de ritmo. El nivel técnico es muy bueno y basta ver el comienzo de la cinta (el ingreso en prisión del protagonista) para comprobarlo. Además las interpretaciones son excelentes, con una pareja protagonista de enorme fuerza. Es de esas películas que dicen 2+2=4 y quién soy yo (el director) para permitirme un discurso demagógico.

Desde el punto de vista argumental la cinta es hábil, al situar como eje de la trama la tensa relación entre el Malik El Djebena, el joven magrebí, y César Luciani, un preso de unos 60 años que es uno de los jefes de la mafia corsa que opera en Francia e Italia. El retrato carcelario –también el callejero– es muy duro. Algunas escenas son nauseabundas y parecen querer mostrar la falta de humanidad que hay en el asesinato y en el sexo pagado. Como contrapunto, el recurso onírico y el simbólico título de la cinta son muy inteligentes

Audiard logra que el espectador sienta lástima por lo que se cuenta y por los protagonistas, asesinos y delincuentes sin escrúpulos, que en ningún momento son presentados como víctimas del sistema, ni como gente con aura épica. Son simplemente degenerados, alimañas, dentro y fuera de la cárcel.

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